jueves, 2 de mayo de 2013

True romance



Algunos, en algún momento de la vida, perdemos la capacidad de asombro. Habiendo visto catástrofes naturales, golpes de estado, violencia viva y magna-cinísmos, sucede un día en el que llegamos a creer que ya nada nos sorprendería. Por fortuna (sea buena o mala, cada uno su juicio) yo pude recuperar esa capacidad; entre muchas, la evidencia de esa recuperación fue enterarme que Tony Scott se había suicidado. En la más pura ignorancia del fan, mi primera pregunta fue: ¿cómo alguien a quien admiro a través de su trabajo puede haber llegado a ese tan único estado de la mente, del sentir? Traté de analizar mi pregunta y sus variantes, y adentrarme en mi ignorancia acerca de la persona Anthony David Scott. En ese proceso traté de enumerar las obras que recordaba relacionadas al susodicho y mi intriga se hizo aún más profunda; sin embargo, en mi memoria, nunca apareció la conexión entre lo que considero una de las mejores películas de la historia del cine y el difunto.

 
Y es que muy graciosamente al pensar en True Romance, mi asociación directa era con Quentin Tarantino, y aunque no es errada esa asociación pues él la escribió; el director, fue T. Scott.
Sé que algunos pueden llegar a burlarse u ofenderse con lo que expondré, pero: True Romance es a Tony Scott lo que Blade Runner a Riddley Scott. Una obra de la voluntad exacerbada, de la fidelidad a lo propio a costa de la muerte misma, una historia de amor que la mayoría no logra ver.  Llamada en español Escape Salvaje (en algunos países Amor a Quemarropa), pues era la época en la que el viejito que pone los nombres en español a las películas recién comenzaba a aprender inglés y a todo le ponía salvaje o mortal, True Romance contiene ciertamente escenas de escape y escenas salvajes cuando de violencia se trata (qué esperaban…está escrita por Tarantino). Pero como ya mencioné, no es acerca de eso, esa no es su esencia, su esencia es de cómo en el día de su cumpleaños el chico raro que trabaja en una tienda de comics y adora las películas de artes marciales (ignoren el parecido con el escritor, Tarantino trabajaba en un videoclub) se cruza a-fortuna-damente con la más dulce, encantadora y hermosa venusina.
Por momentos el delirio del amor y de la locura se hacen difíciles de distinguir entre si y es allí donde una demostración de amor, un acto romántico en su naturaleza, desata la continuidad que lleva a cada personaje a su extremo, en ocasiones ese extremo es el silencio o la furia del mundo hecha carne y hueso; en otras es la dulzura de un melocotón o la hermosa cadencia de la química perfecta entre actores.

 
 
Y está Floyd, que genialidad de la narrativa agregar a ese personaje, representado por tan inesperado actor.
El tráiler es una verdadera basura, devela todos los momentos de asombro posibles en la película, prácticamente cuenta todo lo que va a pasar! por dios!, así que mi recomendación es absolutamente no verlo. El casting es arrolladoramente fantástico y en esta ocasión lo menciono para evitar que vean el tráiler: Christian Slater, Patricia Arquette, Dennis Hopper, Christopher Walken, Gary Oldman (los reto a descubrir quién es en esta oportunidad el hombre de las mil caras), todos en aquel fantástico 1993 lleno de tantas obras magistrales; sin duda un 10/10 esta obra que no rompió taquilla ni lanzó a nadie al estrellato.




domingo, 28 de abril de 2013

Django unchained



...a warturtle...


La libertad artística, técnica y de producción a la que se puede llegar en nuestros tiempos, en términos del séptimo arte, es devastadoramente enorme. Eso ha tenido como consecuencia, entre otras, que geniales realizadores lleguen a exponerse de maneras insospechadas y oportunas, impresionantes, no sólo por lo intenso de la manifestación sino también por lo simplemente coherente.
Así como Michael Bay es un niño de 6 años haciendo realidad sus juegos de fantasía, como Lars Von Trier eligió hacer pública universalmente su misoginia; así, Quentin Tarantino, si no había podido dejarlo claro antes, elaboró su honesta crítica al racismo estadounidense y aprovechó una vez más para decirnos que es un black man wannabe (sorry Quint, just seems like it).











Mi primer pensamiento al finalizar Django Unchained fue: bastardo Pulp Fiction, sigues siendo insuperable, y es que nunca un flim fue tan correctamente sonorizado  / musicalizado. Sin embargo, Django Desencadenado le pisa los talones y la pone a Pulp pone a mirar de reojo por algunos segundos. El título es un juego de palabras pues Django (the D is silent) no sólo ha sido liberado de su esclavitud sino también en él se ha desencadenado un ser devastador. Llegando a parecer lo que hubiese sido una perfecta action figure para los niños negros a lo largo de la historia estadounidense el personaje principal encuentra en Jamie Fox el perfecto performance del hombre negro que sale del estado de vejación y humillación al de la redención de si mismo y conocimiento de un mundo tan violento como fascinante (al menos el de este continente). Un (Spaguetti) Western que no tiene nada que envidiarle a los grandes clásicos del género (El Bueno, El Malo y El Feo; Por Un Puñado de Dólares, La Marca de la Horca…) pero que suma el gran avance de los años en técnicas de filmación y edición y dentro de las cuales Tarantino es un notable experto. Con un ritmo ideal entre las escenas intensas, sus preámbulos y los planteos de los personajes en el más perfecto estilo tarantinesco (con poco grindhouse), se describen las ideas sin ambigüedad, muy poco queda en la imaginación y eso a algunos sensibles les puede afectar. Recomiendo ver el tráiler pues no le quita el sabor a lo que será la obra en si, además también para los sensibles, quizá les sea útil para decidir si verla o no. Un detalle: a lo largo de la película hay apariciones especiales bastante simpáticas para cinéfilos.
Sin duda la obra es un 9/10 repleta de violencia, gags y actuaciones magistrales (una vez más Christoph Waltz se luce maravillosamente) que si se entiende bien, dejan clara una realidad que existió y de la que muchos grandes del cine poco han hablado (200 años de esclavizar a una raza también fue un holocausto).
 









viernes, 1 de marzo de 2013

Killing them softly



Particular la asociación de palabras que surgieron en mi cabeza al ver el título de esta película y supongo que como a muchos, lo primero fue el tema musical de Lori Lieberman Killing Me Softly, luego pensé en la poco conocida casa productora sanmarinense de grabaciones “piratas” en vivo KTS y finalmente recordé el libro de George Higgins - Cogan's Trade. Ya con eso me convencía suficiente la película y en este caso cometí el posteriormente importante error de ver el tráiler, que dista horrorosamente de lo que realmente es la obra. Sin estar seguro de qué tan relacionada iba a estar a alguna de mis asociaciones libres, aguardé por el momento apropiado de verla: pensando en el poema de Lieberman que inspiró la canción, esperé a que fuese una noche silenciosa; teniendo presente a la KTS, tomé antes unas copas y acerqué los cigarrillos; finalmente, temiendo que se basará en el libro de Higgins, cené temprano, para evitar la caligüeva.
 
Y tal cual, fue cada una de esas cosas; poesía fílmica que deja entender el error de no haberla visto en la pantalla gigante, tan explícita al ver a los personajes que llega a asquear. Tan especialmente atemporal como lo es recordar un concierto, eso que pasó, que estás seguro que viste y que de alguna manera tiende a tener la misma borrosidad a lo largo de los años. Dudo que Andrew Dominik haya querido representar lo anterior, pero ciertamente intentó plasmar la funesta densidad de los personajes que Higgins enmarcó en el tan políticamente corrupto EUA de los 70s, reflejando como en el libro, la similitud actual en la impunidad de políticos y criminales (y no me jodan con que estoy redundado, se supone que no deberían ser sinónimos ambas palabras). Sin embargo me da la impresión de que Dominik no se atrevió a desviarse mucho del libro, apegándose tanto al mismo que algunas escenas parecen un resumen de lo que describe Higgins, y eso le jugó un poco en contra (si se leyó el libro, claro está).
  
La puntuación es especialmente compleja, pues, si bien es un claro 6/10 (me estoy asustando porque me están coincidiendo mucho los jamis con la puntuación IMDB), tiene una doble tendencia: quien aprecie la peli como obra le dará más puntos tras cada vez que la vuelva a ver; quien la aprecie como entretenimiento, de seguro que le dará un 2/10 cuando la vea nuevamente.
 

PD: sonará muy flashero, pero quizá lo entiendan después de ver la película: hay una relación directa entre el marco político en la sociedad de los personajes y el nombre.

martes, 5 de febrero de 2013

Skyfall.



Mentiría si dijera que no hay un dejo de orgullo al llevar tan prístino nombre.
Su inmortalidad es comparable con la de Spartacus, su valentía con la de Leónidas y su calentura con la de Glen Quagmire.
El señor que traduce al castellano el nombre las películas no vio Skyfall, de haberlo hecho no le habría puesto Operación Skyfall, pues, no hay tal operación. En esta oportunidad Bond nos deleita con un maravilloso reset hecho en base a porciones de muchas otras películas de Bond, y es que Bond se reescribe a si mismo tanto como sólo C. Norris podría auto-liquidarse. Actores relevados de sus personajes, reapariciones que no habían estado antes en las Bond con D. Craig y el villano…Oh! el villano, el único ser “humano” al que el Bond de R. Moore le tenía miedo, no recomiendo ver el tráiler porque muestra mucho.
Si bien cualquiera podría disfrutarla y en especial los que nunca vieron una (Oh! por dios cómo es eso posible!?), la cantidad de referencias a las demás películas de Bond permite inferir que está hecha para fanáticos. Muy personalmente lo considero un saludo a las tantas personas que trabajaron a lo largo de los años en estas peliculas.  Para el público común es un 10/10 hablando del más puro entretenimiento pochoclero y recontra hollywoodense (aunque no está hecha en Hollywood, pero ustedes entienden), para los fans es un perfecto shaken, not stirred.


PD: Desde 1954 a 2012 han sido 26 películas, 22 juegos de video, un comic, 14 libros y varios estudios científicos. A mi parecer, Senior Lucas, eso, es una verdadera franquicia.